miércoles, 7 de enero de 2015

"¿Homosexuales? Nosotros no tenemos de eso”. Transexuales en Irán



Transexual iraní

Irán siempre logra estar de actualidad por sus rigurosas leyes morales y religiosas. Hace poco nos sorprendían con el caso de la condena a quienes hicieron (como el resto del mundo) su propia versión de “Because I´m happy” 
Irán es un país caracterizado por su intransigencia, sin embargo, ¿dónde podemos colocar el tema de la transexualidad?  La transexualidad en Irán es una excepción dentro del mundo islámico, que sorprende, hasta cierto punto. Veamos cómo y porqué Irán se ha convertido en el segundo país del mundo con mayor número de intervenciones para cambio de sexo, ¡y subvencionadas por el gobierno!.
En la República Islámica de Irán la homosexualidad está condenada con pena capital. Desde el triunfo de la Revolución de Jomeni , las ejecuciones, junto con otras de carácter sexual; ascienden a 4.000. Esto datos contrastan bastante con las cerca de 400 operaciones de cambio de sexo efectuadas desde 1983.
Según se cuenta, la legalización comenzó cuando un chico que decía sentirse en un cuerpo equivocado, consiguió colarse en el despacho del ayatolá.  El joven quería ser mujer, pero sin ir en contra de su fe como musulmán. El ayatolá quedó sorprendido y comprendió que no era una desviación sexual o mental, sino que era un problema físico, por lo que la solución era médica.
Con respecto a cómo conciliar la transexualidad con el Islam, no encontró relativas dificultades. El Corán  no habla de la transexualidad, por lo cual no se puede prohibir algo de lo que no se habla. Siendo Irán de tradición chií, la reforma religiosa se va realizando conforme a las nuevas exigencias y cambios de la sociedad.
Las operaciones están subvencionadas por el Estado, así como los gastos posteriores, relacionados normalmente con la burocracia. Del mismo modo, a quienes deciden operarse  les está permitido llevar ropa del sexo opuesto los meses previos a la intervención. En comparación con España, uno de los países más avanzados en lo que respecta a los derechos de gays, lesbianas y transexuales ; tan sólo se da asistencia sanitaria integral para estas operaciones en Málaga, en el Hospital Carlos de Haya; y en Madrid, en el Hospital Ramón y Cajal.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Adentrándonos más en la sociedad iraní se aprecia de nuevo la intolerancia hacia cualquier “desviación sexual”. La transexualidad es considerada como la cura a la homosexualidad, quien ama a un hombre, debe ser una mujer (y viceversa).
Hombre iraní preparado para la intervención

En Irán solo se puede decidir sobre si quieres ser un hombre o una mujer. Además, con el cambio de sexo, se debe aceptar sin condiciones un nuevo rol en la sociedad, quien fuera hombre ahora es una mujer que se cubre con chador. La libertad de un hombre que desea amar a otro hombre, pasa por el quirófano. Pero no tiene por qué sentirse mujer. Algunas personas lo son por obligación, no su situación o sentimientos.
La condena de  la homosexualidad, frente a la legalización de la transexualidad hace que no sean aislados los casos de jóvenes que se hagan transexuales por el simple hecho de poder sacar adelante su amor hacia personas del mismo sexo. Por otro lado, su grado de aceptación en la sociedad iraní, en incluso en la propia familia  es discutible.
Del mismo modo que  al pensar en transexuales indonesios, a muchos se nos viene a la mente la prostitución, en Irán se repite esta dramática situación. Muchos de los hombres convertidos en mujer, terminan en las calles iraníes,  desamparados y dedicándose a la prostitución.
El siguiente documental refleja la realidad de los transexuales  en Irán, cada caso es diferente, pero todos persiguen una aceptación tanto interior consigo mismo, como con los cánones de género que les impone el régimen.



Como se puede apreciar, la sociedad iraní ampara de manera activa a quienes sienten un equilibrio entre su género y su sexo, pese a ello, castiga de manera terrible a quienes, teniendo muy clara su homosexualidad, deben pasar por quirófano, para “curar sus problemas”. Entre penas capitales por homosexualidad y operaciones de sexo, habría de meditar seriamente la frase de Mahmoud Ahmadineyad :”¿Homosexuales?Nosotros no tenemos de eso”.

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